Algo está cambiando en el sector vitivinícola español
ASOCIACIÓN DE DESTILADORES Y RECTIFICADORES DE ALCOHOLES Y AGUARDIENTES VÍNICOS
Efectivamente, en nuestro sector, tradicionalmente las estimaciones de cosecha han sufrido siempre un baile de cifras desde que se ofrecían las más tempranas hasta que finalmente, bien avanzada la campaña, el MAGRAGA daba la cifra oficial, estimaciones que más parecían tener su origen en el Oráculo de Delfos, que en las organizaciones profesionales que las aportaban. Hoy, los datos informados por los distintos medios se sitúan en una oscilación máxima de 2/3 millones de Hls. lo que significa una diferencia entre unas y otras fuentes de más/menos un 5%.
También nosotros los destiladores, creemos que la actual campaña arrancará con una disminución media de alrededor de un 10% sobre el año anterior, lo que nos permite pensar en una cosecha de 40/41 millones de Hls., probablemente más cerca de los primeros dadas las condiciones climatológicas sufridas que nos hace suponer un menor rendimiento en lts. de mosto obtenido por kgr. de uva utilizada. Quizás en este cambio algo haya tenido que ver la publicación del R.D. 739/2015 sobre declaraciones de existencias en el sector vitivinícola.
Pero también han cambiado muchas otras cosas, y no solo en los dos últimos años, la más trascendente sin lugar a dudas, la necesaria e imprescindible modificación del viñedo para poder ser competitivos en todos los mercados (y al decir todos los mercados, quiero decir eso, todos los mercados, mostos, alcoholes y vinagres de vino incluidos), cada vez más globalizados y próximos, realizada mediante las medidas de restructuración y replantación, que a 2014 podemos cifrar en más de 330.000 Has. de las primeras, y la parte que se haya ejecutado de las casi 99.000 Has. con derechos pendientes de plantación existentes en el 2013. Si pensamos en el horizonte de 2020 en un viñedo de más de 1.000.000 Has. de las que al menos el 50% estarán dispuestas en espaldera con riego por goteo como corresponde a una viticultura actual, no es descabellado pensar en un potencial vitivinícola español de más de 60 millones de Hls. y aquí habrá que ver a la Interprofesional del Vino, que entiendo no tendrá como única misión su promoción y dedicará esfuerzos en identificar los desafíos (que no problemas) y aportará estrategias para que con existo puedan ser superados.
En este sentido, desde el sector destilador lanzamos un reto: La consecución de la eliminación de la excepcionalidad establecida en el Reglamento (UE) 1308/2013 para que los subproductos puedan ser utilizados para la producción de alcoholes de uso de boca. La eliminación de esta excepción, obligaría a que el 100% de los alcoholes obtenidos de subproductos fuesen destinados a uso industrial y/o biocombustibles, y todo el alcohol de uso de boca tuviese como materia prima exclusiva el vino.
Esta medida, no solo incrementaría significativamente y por razones obvias su demanda, sino que también eliminaría definitivamente la reiterada propuesta por varias organizaciones nacionales y comunitarias, de la modificación del Rto 110/2008 en lo que a definición de cómo debe elaborarse el brandy se refiere, evitando se permita la utilización de destilados de subproductos hoy no autorizados, con el exclusivo fin de abaratar costes a “costa” de la calidad del brandy y del sector vitivinícola, porque el brandy no solo es patrimonio de su elaborador, lo es también del destilador que ha producido los aguardientes y destilados que los originan y del viticultor y productor que han y producen el vino. También esta modificación reglamentaria permitirá al Estado miembro que así lo decida, aumentar el porcentaje obligatorio de entrega de subproductos de la elaboración, solicitado reiteradamente por sindicatos agrarios y cooperativas, como medida eficaz reguladora de excedentes en las campañas que fuese preciso.